“Grande es la verdad, pero mas
grande todavía (…) es el silencio sobre la verdad”
“Un mundo feliz” de Aldous Huxley
ha resultado ser un libro extrañísimo. De ese tipo de libros que resultan
desarrollarse de una manera completamente diferente a la que uno espera. Un
libro cuestionador, y que logra lo que pocos logran: volver repulsiva la idea
de perfección y eficiencia absoluta.
La expectativa de un libro que habla explícitamente sobre una reflexión a la sociedad se desinfló desde el comienzo: un vocabulario
científico, químico y biológico al cual estoy completamente desacostumbrada, provocó
que me dieran ganas de renunciar al libro en más de una ocasión. Pero cerca del
final, comprendí que el momento en que la obra permitiría debatir sobre la
construcción social sólo requería de tenerle paciencia al texto. De este modo, el mundo
feliz planteado por Huxley pasó de ser en primera instancia incomprensible, en
medio de la estandarización humana y la creación de “castas humanas”
determinadas ambas genéticamente; a ser un mundo feliz hedonista, dominado por
los placeres del soma (un alucinógeno sin efectos secundarios), el sexo, el no cuestionamiento al orden establecido y la
completa evasión a cualquier tipo de sufrimiento; a ser finalmente un mundo feliz completamente
retorcido y falso, un mundo cimentado deliberadamente bajo una premisa que
enuncia: “la felicidad y estabilidad de una sociedad tiene un precio muy
costoso: el precio de la verdad y de la belleza”.
El tratamiento que se le da a todo
lo “diferente” es otro rasgo característico del libro. Un ejemplo de esto, es
que la actitud crítica e inconforme del personaje de Bernard, para toda la
sociedad feliz, ese atribuye a que “alguien inyectó alcohol en el sucedáneo
de su sangre”. Otro claro ejemplo es El Salvaje, el foráneo, el extranjero: con
sus costumbres diferentes, y por el hecho de haber sido concebido mediante un
parto normal y no en un laboratorio, el salvaje era objeto de curiosidad para
la sociedad feliz y, al final, su conocimiento sobre literatura y las emociones
humanas pasionales es catalogado como subversivo para el mundo civilizado. Un
tercer ejemplo es Helmholtz, a quien su obsesión por construir historias que
inspiran sentimientos melancólicos le valió el exilio, al igual que a Bernard. El cuarto ejemplo es Linda, madre de El Salvaje, originalmente criada en el mundo civilizado pero posteriormente rechazada por éste, al haberse atrevido al "sucio acto" de dar a luz.
Sin embargo, resulta curioso como
los administradores más importantes del mundo feliz, siendo más jóvenes,
estuvieron al borde de la subversión así como Bernard o Helmholtz. Ellos, los
administradores, quienes esconden el conocimiento, el arte y la religión, quienes
administran la programación genética y cognitiva de cada casta, admiten haber
preferido el poder de administrar al mundo civilizado que subvertir orden
establecido, sólo para salvaguardar una idea de sociedad feliz en que cada ser
humano sea programado para sentirse satisfecho con la casta en que nació, su
labor ejercida, sin deseos excesivos, y sobre todo: una fe ciega en que la sociedad no podría marchar mejor de otra manera. Tal es el punto de control de
los administradores sobre los individuos que, a la hora del destierro del mundo
civilizado, describen al desterrado prototípico como a “todas las personas que,
por una razón u otra, han adquirido excesiva conciencia de su propia individualidad
para poder vivir en comunidad. Todas las personas que no se conforman con la
ortodoxia, que tienen ideas propias. En una palabra, personas que son alguien”.
Dado todo lo anterior, es
inevitable hacerse preguntas y comparaciones con la sociedad actual. No
catalogo a Huxley de profético, pero sí es impresionante lo visionaria de su
obra, la cual fue escrita en la Europa de entreguerras. Y aún más en tiempos actuales, en que la modificación genética empieza a invadir
los más sencillos aspectos de la vida cotidiana. En lo personal, sólo me queda
una pregunta. Y sin querer, la respondo parcialmente en el primer párrafo de este escrito:
¿Abolir todo tipo de expresión de individualidad
humana es la única manera de lograr una sociedad funcional y feliz?
Adrianella
Adrianella